Soy terapeuta con una maestría en Consejería, y he complementado mi formación con licencias, certificaciones y entrenamientos enfocados en la salud mental y el acompañamiento emocional. Durante mi etapa de formación profesional, trabajé en la clínica de salud mental de la Stephen F. Austin State University, lo que me permitió adquirir experiencia directa en el trabajo clínico con una variedad de personas y necesidades.

Aunque aún no tengo una especialidad definida, me esfuerzo por ofrecer un espacio seguro, respetuoso y compasivo. Mi enfoque terapéutico se basa en comprender profundamente a mis clientes: cómo ven el mundo, cómo se ven a sí mismos y cómo sus experiencias culturales y familiares influyen en su bienestar. Muchas veces, nuestras dificultades vienen de no sentirnos comprendidos o vistos, y mi objetivo es ayudar a las personas a reconectarse consigo mismas desde un lugar de empatía y aceptación.

Mi interés en la salud mental nació cuando estaba en la preparatoria. Un proyecto sobre carreras despertó en mí el deseo de ayudar a los demás, y fue una clase de psicología la que finalmente me llevó a decidir que quería ser terapeuta. Desde entonces, he estado comprometido con este camino de servicio y crecimiento.

Para mantenerme actualizado, valoro mucho la investigación y la comunidad profesional. La terapia evoluciona constantemente y es importante mantenerse al tanto de nuevos enfoques y técnicas, por eso me esfuerzo por leer, aprender y estar abierto a seguir creciendo.

A quienes están considerando comenzar terapia pero sienten dudas, les diría que dar el primer paso es valiente y necesario. Ir a tu primera cita puede dar miedo, especialmente porque implica ser vulnerable frente a alguien que no conoces. Pero buscar apoyo es un acto de fuerza, no de debilidad. Todos necesitamos ayuda en algún momento, y la terapia puede ser ese espacio que te ayude a sanar y avanzar.

Mi trabajo con la comunidad hispana y bilingüe nace de una motivación muy personal: mi familia. Mis padres son inmigrantes y siempre nos enseñaron a sentirnos orgullosos de nuestras raíces. Crecí valorando profundamente nuestra cultura y, por eso, me apasiona ofrecer apoyo a la comunidad hispana, promoviendo el acceso a la salud mental desde un enfoque culturalmente sensible y respetuoso.