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Cuando mamá y papá no te aman incondicionalmente…

Pertenecer a una familia es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo de un individuo. Es el lugar donde recibimos amor, apoyo y guía, y donde aprendemos los valores y las normas que nos ayudan a crecer y a relacionarnos con los demás. Sin embargo, existen situaciones en las que, aunque tengamos padres, no tenemos su amor incondicional, y eso puede afectar profundamente nuestro desarrollo y nuestra confianza en otras relaciones de adultos.
El amor incondicional de los padres es aquel que no está condicionado por nuestra conducta o logros. Es un amor que simplemente existe y nunca se desvanece, independientemente de nuestros errores o deficiencias. Este tipo de amor nos ofrece una sensación de seguridad y de pertenencia, ya que sabemos que siempre podremos contar con el amor y el apoyo de nuestros padres, sin importar lo que suceda.
Sin embargo, cuando nuestros padres no nos brindan ese amor incondicional, podemos experimentar una profunda sensación de vacío y de soledad. Nuestra autoestima se ve afectada, ya que sentimos que no somos dignos de ser amados tal como somos. Esta falta de amor incondicional puede llevarnos a buscar constantemente la aprobación y el reconocimiento de los demás, en un intento de llenar ese vacío emocional que sentimos.
Además, el hecho de no tener el amor incondicional de nuestros padres puede afectar nuestra capacidad de establecer relaciones adultas saludables. Esto se debe a que nuestras primeras experiencias de afecto y cuidado nos sirven como modelos para nuestras futuras relaciones. Si no aprendimos a recibir y a dar amor de manera incondicional durante nuestra infancia, es posible que no sepamos cómo establecer relaciones basadas en el respeto y la reciprocidad.
En ocasiones, las personas que no han experimentado el amor incondicional de sus padres pueden desarrollar patrones de dependencia emocional. Al no haber recibido amor sin condiciones, pueden sentir una gran necesidad de ser constantemente validadas y de tener a alguien que las cuide y las proteja. Estas personas pueden sentir que no pueden vivir sin el amor y la atención de los demás, lo que puede llevar a relaciones tóxicas y dependientes.
Por otra parte, también es posible que las personas que no han experimentado el amor incondicional de sus padres desarrollen una gran dificultad para confiar en los demás. Si no hemos recibido amor incondicional de aquellos que se supone que deberían brindárnoslo, es comprensible que tengamos miedo de abrirnos emocionalmente y confiar en los demás. Esta falta de confianza puede dificultar la intimidad y la cercanía en nuestras relaciones adultas, ya que siempre estaremos en guardia, esperando ser decepcionados o abandonados.
Es importante entender que no recibir el amor incondicional de nuestros padres no es nuestra responsabilidad ni nuestra culpa . Cada individuo es responsable de su propia crianza y sus propias acciones, y no podemos controlar ni cambiar las decisiones o actitudes de los demás. Podemos tratar de entender la vida de nuestros padres y aprender a recibir lo bueno que nos han dado y enseñado. El comprender la vida misma de nuestros papás puede traernos compasión hacia ellos y ayudarnos en nuestro proceso de sanción .
 Un elemento clave es buscar ayuda y apoyo para sanar nuestras heridas emocionales y aprender a establecer relaciones saludables.
Confiar en el amor de otras personas y Buscar y encontrar donde si se pertenece es pertinente para nuestro bienestar .
Busca tu tribu… quédate ahí ♥️

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