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¿Qué hacer como padres para prevenir el cyberbullying o ciberacoso en nuestros hijos?

El uso de dispositivos digitales se ha incrementado mucho en los últimos años. Para la mayoría de los Jóvenes forma un parte muy importante de su vida diaria y es un medio comúnmente empleado por ellos para socializar y comunicarse. Esto ha traído múltiples beneficios más, sin embargo, también implica riesgos de sufrir acosos con comentarios negativos o de odio que pueden afectar a nuestros hijos.

El ciberacoso (cyberbullying en inglés) se considera como el acoso que ocurre en dispositivos digitales como pueden ser teléfonos celulares, computadoras, tabletas y videojuegos en donde por medio de aplicaciones, redes sociales o videojuegos se comparta contenido. Algunas de las acciones que incluye el ciberacoso son enviar, publicar o compartir contenido negativo, dañino o falso acerca de alguien con el propósito de humillar o dañar la reputación de alguien. En ocasiones el ciberacoso puede llegar a caer en un comportamiento ilegal que lo lleve a considerar como un crimen.

Desgraciadamente, el ciberacoso se sigue presentando de manera común y estudios indican que aproximadamente el 15% de estudiantes entre los 12 a los 18 años han sido acosados en línea o por mensajes de texto. Por lo cual es muy importante que, aunque no podamos ver toda la actividad en línea que realizan nuestros hijos, al menos podamos implementar acciones que nos ayuden a prevenirla y los proteja de este comportamiento digital dañino.

Algunas de las recomendaciones de parte de la organización stopbullying.gov para prevenir el ciberacoso son:

  • Monitorear las cuentas de redes sociales, aplicaciones e historial de las actividades de los niños en sus dispositivos.
  • Revisar los ajustes de localización y privacidad de sus dispositivos.
  • Monitorear y darles seguimiento a las cuentas de sus redes sociales.
  • Informarse de nuevas tendencias en uso de aplicaciones, plataformas e incluso vocabulario digital o jerga (slangs) que usan los jóvenes. También es importante informarse de las tendencias virales en medios sociales que motivan a los niños a realizar retos peligrosos.
  • Conocer las cuentas y contraseñas que usan nuestros hijos en distintas aplicaciones.
  • Establecer reglas para un apropiado comportamiento digital y el contenido que se comparte.

Es vital monitorear las actividades en línea de nuestros hijos y observar algunos signos que nos indiquen que posiblemente estén sufriendo de ciberacoso. Algunos de los comportamientos a observar cuando usan sus dispositivos son: cambios en la cantidad de tiempo usando dispositivos digitales, observar reacciones emocionales (risa, enojo, llanto) mientras se encuentran en línea, ocultar las pantallas que muestren lo que están haciendo, evitar o perder interés por actividades o personas que antes disfrutaban.

Como padres buscamos fomentar la confianza de nuestros hijos y es crítico que discutamos estos temas y aclararles que nuestro fin es el de proteger su bienestar físico y mental. Por lo cual es importante establecer reglas que ayuden a minimizar los riesgos de ciberacoso, entre ellas se puede:

  • Establecer expectativas claras de lo que es comportamiento digital apropiado y el cuidar la reputación.
  • Educar a nuestros hijos de posibles efectos negativos de un mal comportamiento en línea, así como evitar compartir imágenes inapropiadas de ellos o de otros.
  • Ser claros en el tipo de contenido que se puede ver o compartir.
  • Definir las aplicaciones apropiadas para ellos y cuáles no lo son.
  • Establecer reglas para la cantidad de tiempo y horarios para el uso de sus dispositivos.
  • Modelar el comportamiento digital apropiado con el uso de nuestros propios dispositivos.

Finalmente, hay que aclarar que para evitar la propagación de este mal comportamiento hay que tomar acción, no solo cuando se detecta que nuestros hijos sean víctimas o victimarios de ciberacoso, sino también cuando participa como espectador. Hay que documentar los incidentes por medio de capturas de pantalla u otros tipos de registros y buscar reportarlo a las plataformas digitales, que en su mayoría tienen políticas y lineamientos para un comportamiento apropiado. También se debe reportar a la institución educativa involucrada o incluso a la policía cuando hay casos de amenazas de violencia física o cuando el ciberacoso llega a considerarse un crimen.

El daño para una persona que sufre ciberacoso puede tener repercusiones muy grandes e incluso devastadoras. En la medida de los posibles se debe rechazar públicamente este tipo de comportamiento y buscar restablecer la buena reputación de la víctima. En algunos casos la severidad de los efectos es tan profundos que requieran de ayuda especializada. En caso de usted o sus hijos hayan sido víctimas de ciberacoso, no duden en contactar a un profesional de la salud mental.

 

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