Rebotar de la adversidad ¿Cómo crecer ante las dificultades? por Mónica Garza

¿Has visto alguna vez cómo se hace una figura de vidrio soplado? Es un proceso muy particular. Al principio el artesano recibe su materia prima (vidrio) hecha añicos; después calienta ese vidrio hasta que se derrite, utiliza hornos con temperaturas extremadamente altas para hacerlo; ya que el vidrio está al rojo vivo, el artesano lo toma con unas pinzas y comienza a soplar, con esto, el vidrio comienza a tomar alguna forma en específico; finalmente, se le agrega color e incluso textura para obtener la pieza que el artesano tenía en mente. Esta historia nos ayuda a ver como el vidrio después de un proceso de transformación termina siendo el mismo vidrio, pero ahora es una pieza muy bonita, que tiene un propósito y lo más importante de todo: ¡Sigue siendo el mismo vidrio!
Eso es resiliencia: es la capacidad que tenemos como seres humanos para salir adelante de las adversidades, aprender algo e incluso aplicar eso que aprendimos. Proviene del término en latin resilire que quiere decir rebotar o regresar.En términos más psicológicos es esa capacidad que tenemos como seres humanos de adaptarnos a las adversidades, a los cambios o cualquier situación que sucede en nuestras vidas.
En mi práctica profesional he visto como generalmente esperamos o pensamos que ser resilientes significa estar felices o ya no sufrir, sin embargo, el ser resiliente ¡va mucho más allá! Ser resiliente es, que a pesar de sentirnos mal, tristes, frustrados o ansiosos, podemos seguir adelante.
Pero, antes de avanzar, si quiero dejar algo en claro: todos como seres humanos somos resilientes, todos tenemos esta capacidad con el simple hecho de respirar.
De hecho, se ha demostrado que el ser resiliente no es un acto extraordinario, sino que es más común y ordinario de lo que creemos. En diversas investigaciones se ha encontrado que es más probable que una persona que está pasando por una situación difícil o un trauma llegue a tener un crecimiento post-traumático y no que llegue a desarrollar un trastorno debido a esa situación ¿interesante no? ¿puedes pensar en alguien que conozcas que después de pasar por una situación difícil haya avanzado hacia su mejor versión?
Te quiero compartir algunos comportamientos que podemos ir adoptando para ir desarrollando nuestra resiliencia. Una persona resiliente busca el apoyo de los demás, busca a esas personas que son su soporte, me gusta decirles sus indispensables, esas personas que siempre están ahí para nosotros.
Una persona resiliente también confía en sus posibilidades y en sus capacidades; tiene esperanza de que el futuro será mejor (quizás no sabemos o no nos podemos imaginar cómo, pero sabemos que sí podemos y vamos descubriendo los caminos que nos conduzcan a ese mejor futuro); una persona resiliente es tenaz, persistente y creativa. ¿Qué otras habilidades o capacidades crees que tiene una persona que es resiliente?
Desde marzo del 2020 hemos experimentado en el mundo un acontecimiento que hizo que nuestra capacidad de resiliencia se disparara y se potencializará. En poco tiempo logramos adaptarnos, logramos encontrar la manera de salir a trabajar de forma segura o trabajar desde casa; experimentamos nuevas maneras de socializar, incluso descubrimos nuevas formas de despedir a nuestros conocidos y seres queridos que se nos adelantaron.
Esta pandemia despertó en nosotros nuestra resiliencia.
Hace poco leí una entrevista que le hicieron a Malala Yousafzai, ganadora del premio Nobel de la Paz en 2014. En esa entrevista ella hablaba sobre como esta pandemia nos enseñó a que no necesitamos regresar a la “normalidad” sino que necesitamos un “reset”. Ella lo usaba en el contexto del cuidado al medio ambiente; sin embargo, me pareció interesante ligar su comentario a la resiliencia.
Cuando atravesamos por algo y logramos adaptarnos y aprender de esa situación, ya no somos como éramos antes, sino que nos renovamos y experimentamos un crecimiento que antes no teníamos.
En pocas palabras, gracias a esa capacidad de resiliencia que desarrollamos podemos decir que hemos crecido.
Dicho esto, te invito a crecer, a buscar esas circunstancias en tu vida que te han impactado y te han traído hasta aquí.Reflexiona haciéndote las siguientes preguntas: ¿cuándo he sido resiliente? ¿cómo sé que he sido resiliente? ¿cómo puedo contribuir a la resiliencia de los demás?
Pero no olvides que lo más importante de todo esto es que, de una u otra manera ¡somos resilientes! y si necesitas apoyo, siempre hay alguien que puede acompañarte en ese camino de la resiliencia.
